La Web Social

Seamos sinceros, no podemos dar espalda a la realidad. Internet y los recursos de las TIC han invadido nuestra vida, no podemos negarnos ante la evidencia. O lo aceptamos o vivimos alejados del mundo real y de la sociedad, pues ésta es su forma de comunicarse. Y estas formas están cambiando muy muy muy rápidamente, así que más nos vale estar al día.

La mejor prueba de esta velocidad de cambio es que hace exactamente 2 años cursé la asignatura de Biblioteconomía dentro de la Licenciatura de Humanidades, también con Nieves, y también hicimos un blog. Pues bien, como es obvio, también la primera sesión y la primera reflexión de mi blog fue sobre la Web 2.0. Y a pesar de que para entonces todo era nuevo para mi, o prácticamente descubriendo nuevas cosas sobre la Red, tan sólo 2 años después pensé que no había nada nuevo que aprender y me encuentro con que todo ha vuelto a cambiar, hasta el nombre de Web Social.

La cantidad de aplicaciones y herramientas que nos presta la Web Social es inmensa, y nunca dejo de sorprenderme (un ejemplo es una herramienta de Google -Google Wave- que llevo un año usando y es una maravilla para compartir de todo con contactos y editar información de forma conjunta y al mismo tiempo). Y eso que intento no quedarme atrás pues me encanta estar conectada, tal y como decía Nieves ayer de "Mejor una mente conectada que una mente llena".

Yo estoy en medio de esa generación que ha nacido antes de todas estas innovaciones, y siempre va varios pasos por detrás de cada avance, y la generación actual que sabe manejar un ordenador igual que comer, o mejor. Yo llevo usando ordenador desde los 10 años aproximadamente, o antes incluso, y con Internet desde los 12 o 13 años. Así que reconozco que forma parte de mi aprendizaje, pero precisamente por esa temprana edad de hábito a este recurso, para mí es mucho más fácil. Esta claro que es otra prueba más de que a tempranas edades es mucho más fácil aprender cualquier cosa (idiomas, uso de las nuevas tecnologías) pues lo adquieres como hábitos y obvia decir que el proceso cognoscitivo actúa como una esponja en todo este tipo de aspectos.

Que conste que yo soy la primera que considera que el ordenador es el juguete más asequible y peligroso que tienen las nuevas generaciones en sus manos, pero esto se debe a que aquellas personas que tienen que velar por los contenidos que los adolescentes consultan (es decir, sus padres) pertenecen a esa generación anterior que antes comentabamos que cada nuevo avance va muy por delante de sus capacidades hasta entonces desarrolladas. Y claro, ponerse por delante de tu hijo en algo que él hace de manera tan natural supone un gran esfuerzo, y no todo el mundo está dispuesto ha llegar hasta el final en ese harduo camino de actualización. Y eso nos toca a nosotros, los educadores.

Creo firmemente que las Nuevas Tecnologías pueden ayudar en Educación, y que son un recurso fundamental, por no decir el más fundamental. Reconozcámoslo: hoy día nadie, especialmente la gente joven, presta su interés a algo que no circule por Internet. La Red funciona a la mil maravillas, y no pensemos que todo es negativo. Creo que se trata de un cambio de mentalidad, y un cambio de orientación. Es un cambio de perspectiva. Si sabemos que el alumno adolescente llega a su casa, y se conecta al Facebook o al Tuenti, y lee y ve las fotos de sus amigos, y comenta, y opina, hagamos que lea, vea y opina sobre lo que nosotros queremos que preste interés.

No se trata de olvidar la educación básica de leer, subrayar y entender, pero aunque creamos que el libro es la base de todo y su importancia ha de primar, son dos formatos distintos sobre los que trabajar. Aprovechemos la Competencia Digital para dotar a nuestros alumnos de esas herramientas que nosotros aprendimos sobre las fuentes tradicionales del libro y del documento: la comprensión lectora, saber cuáles eran las ideas importantes de lo que era secundario, de la veracidad de las fuentes, distinguir lo que es una opinión de un hecho feaciente, y sobre todo de la forma de expresarse, el gran caballo de batalla de la educación. Culpamos a las nuevas formas de comunicarse de que los jóvenes no saben expresarse y lo hacen mal, y esto se hace evidente en la Red, pero cuando nosotros eramos adolescentes hablábamos igual de mal si nadie nos decía que lo hicieramos bien. La diferencia es que eso se quedaba en la calle, y ahora se queda en la Red.