¿Necesidades de información? Necesitamos conocimiento

Tenemos información por todas partes, nos inunda, nos ahoga. Sales de tu casa, encuentras información en el buzón, cojes el transporte público y encuentras información, vas a la Universidad o a tomar algo en una cafetería y más información. Rodeados de información. Hablas con tus amigos y conocidos, una conversación distendida y relajada, y más información. Y cuando llegas a tu casa, saturado de tanta información del día, conectas el ordenador para "desconectar" y ahí tienes tu desconexión: más información de la que puedes digerir y soportar. La pregunta es... de toda esa información, ¿cuál es la que realmente te aporta algo? ¿Cuál necesitas y cuál puedes desechar?

Estamos tan acostumbrados a tanta información que pensamos que toda es necesaria. Absolutamente toda, que toda es válida. Tenemos tantos recursos de información que pensamos que toda es correcta y toda es útil. Pero no es así. A diferencia de siglos anteriores, el siglo XXI es la era de la información, y permite una información de fácil acceso, inmediata, y completamente disponible para y por todo el mundo. Tal es la variedad de información que tenemos todo tipo de información disponible, de fuentes y naturaleza muy variada, desde un video hasta una canción, desde un texto hasta una aplicación multimedia.

Y esa sobreabundancia nos lleva a quedarnos con lo primero que encontramos, porque tenemos tanto a lo que recurrir que no nos planteamos ni si quiera si lo encontrado es válido o no, pues lo damos todo como tal. Sin embargo, cabe cuestionarse hasta que punto la información existente es calidad. Los recursos de Internet han llevado a que la mayor ventaja de la era de la información sea la posibilidad de editar y compartir información. Una información fácilmente copiable y difícilmente contrastable a un criterio de fiabilidad, pues no existe nada que así lo certifique. Sea por suerte o por desgracia, compartir información es una de las peores cosas que le podía pasar al conocimiento, pues aunque el contraste de diferentes fuentes y puntos de vista (que es la verdadera ventaja de la información compartida y por todo el mundo creada y/o editada) rebaja la calidad del saber a la altura del zapato.

Si se puede equiparar la calidad literaria del mejor de los escritores del mercado con cualquier anónimo que escriba en la Red, tiene un pase, pues al fin y al cabo son dos medios de expresión. Pero comparar a un profesional de la información o a un investigador o historiador con cualquier persona que ha leído un post infundamentado sobre la leyenda negra americanista o cualquier otro de los mitos históricos, es desprestigiar la calidad del conocimiento. Y no es que esté diciendo que ambas cosas no sean fuentes de información igualmente válidas, sólo dígo que si aquél que se acerca a Internet para obtener información sea capaz de preguntarse y cuestionarse verdaderamente sobre lo que está buscando, porque el tipo de información no es igual de válida en un caso que en otro, y el fallo de estas necesidades de información es que para ellas es lo mismo simple opinión que puro conocimiento.

Y tú ¿qué necesitas? ¿Información o conocimiento?